Los beneficios de usar una crema efecto-calor
Los remedios a base de calor para aliviar los dolores derivados de la sobrecarga muscular o cualquier lesión en los músculos se llevan utilizando desde tiempos ancestrales. De este conocimiento inmemorial surgen las modernas cremas de efecto calor.
Y es que en nuestro mundo tecnológico no hay reto que la cosmética ecológica no pueda abordar con la formulación de algún producto capaz de ayudar a solucionar el problema. De esta corriente aparecen las cremas de efecto calor como un producto asequible, muy cómodo y fácil de usar para su aplicación en cualquier sitio.
Las cremas de efecto calor inducen una vasodilatación que favorece el aumento del flujo sanguíneo. Con ello se acelera el metabolismo celular para disminuir la producción de colágeno y aumentar la de elastina con el fin de recuperar la elasticidad en los tejidos.
Y es este, precisamente, el efecto más conveniente tanto para la recuperación muscular tras la práctica deportiva como para la preparación muscular antes de llevarla a cabo, especialmente en días fríos donde se reduce la circulación periférica del organismo.
Cuando aplicamos una crema de efecto calor sobre la piel estimulamos la circulación de la zona. Los tejidos empiezan a disponer de más oxígeno que sus células usan como energía para acelerar su funcionamiento y así incrementar la capacidad natural de restauración de músculos doloridos o dañados. Hasta las pequeñas contracturas pueden aliviarse cuando aplicamos una crema de efecto calor.
La sensación de aumento de temperatura aparece al poco tiempo de su aplicación llegando a sentirse, quizás, más de lo esperado, pero es esa su virtud principal. Acompaña una buena crema ecológica de efecto calor junto con un masaje con aceites esenciales, relaja el organismo causando bienestar.
¿No las has probado aún? Si sientes dolores en articulaciones y músculos o eres de los que hace ejercicio regularmente, no podrás dejar de usar la Crema Efecto Calor de Arake.